domingo, 23 de mayo de 2010

Crónicas de funciones: Falstaff, ABAO, 22 de mayo

Gran noche de ópera ayer en Bilbao. A la altura de las mejores programaciones de los grandes teatros europeos. Ayer por la noche confirmé, al menos, dos cosas: que Falstaff es una obra maestra de principio a fin, magnífica, desternillante, genial, ácida, inteligente, un guiño irrepetible del viejo Verdi; y en segundo lugar, que la ópera sigue siendo el espectáculo más redondo posible, el que genera una experiencia estética más completa.

Si bien fue una gran noche, la función empezó algo más floja: Pertusi tardó en calentar y sacar la voz adelante, tendiendo a un canto demasiado oscuro, gutural, tragado. Probablemente se sintiera algo incómodo con los excesos de Armiliato a la batuta, que tapaba notablemente las voces. Todo eso se subsanó nada más arrancar el segundo acto, que fue brillante en lo vocal y algo más desangelado en lo escénico. La propuesta escénica me pareció muy inteligente, aunque haya que esperar al cambio de ropas que abre la fuga final para terminar de encajar las piezas. La orquesta de Parma sonó de lujo y Armiliato firmó un segundo y un tercer acto de libro, atento a los cantantes, saboreando la escritura verdiana al detalle. Muy bueno. Las pocas intervenciones del coro fueron también de primer nivel.

Vocalmente hubo de todo:

- Pertusi hace una creación notable: su voz de bajo-barítono no le impide atacar el agudo con suficiencia y es evidente la escuela italiana que hay detrás de su fonación. Eso explica que intentara multitud de detalles y que casi todos le salieran bien. Hizo un Falstaff quizá algo soso, esto es, menos histriónico de lo que otros intérpretes nos tienen acostumbrados, pero me pareció una creación muy digna y disfrutable.

- Odena, como Ford, estuvo algo grueso de intenciones pero muy solvente, con un instrumento eficaz y homogéneo. Un barítono convencional, efectivo, desde luego mucho mejor que Vratognas y canes diversos.

- La Alice de Aaron no me gustó demasiado: le puso intenciones pero la voz no acompañaba, lastrada por una emisión agria y forzada en el agudo. Mejorable.

- Podles demostró que el canto uterino no es ortodoxo pero es eficaz. Fraseo con mucho gusto y se dejó escuchar como pocas con los "Reverenza". Un extraño placer escucharla.

- José Luis Sola es un "tenorino" agradable, con ganas de hacer las cosas bien, pero "la tiene pequeña" y espero que no intente abarcar un repertorio más pesado porque no tiene voz para ello. Se lo notó algo nervioso e incómodo, en general, durante toda la función. Tuvo algo más que problemas para resolver "Dal labbro il canto...", que terminó llenando de portamentos innecesarios. Mejorable también.

- La Meg de Custer pasó sin pena ni gloria. Quizá sea esto lo peor que se puede decir de un cantante...

- La Nanetta de Oropesa pasó también sin pena ni gloria hasta el tercer acto, cuando nos regaló una hermosísima escena de las ninfas, con unas medias voces delicadas y un timbre precioso. Brava.

- De los demás, mención especial para la eficacia de Atxalandabaso.

La puesta en escena fue austera, tradicional, sin grandes propuestas, pero hizo suya la idea central de Falstaff: la idea del engaño, de la farsa. De ahí que me encantase esa sensación de que Falstaff era un montaje cinematográfico que bien podría haberse rodado en los estudios de Hollywood, años cincuenta. Una propuesta económica, sin grandes pretensiones, pero inteligente, que entendió la obra que tenía entre manos.



viernes, 21 de mayo de 2010

Novedades bibliográficas: "Sobre la ópera", de Bernard Williams

Recién editado por Alianza, Sobre la ópera recoge un conjunto de textos redactados por Bernad Williams sobre la ópera. Williams es un conocido filósofo, catedrático en Cambridge, Berkeley y Oxford, que fue durante años miembros de la junta directiva de la ENO, y que redactó, por ejemplo, el artículo "Opera" del Grove Dictionary of Music and Musicians. Este libro recoge varios trabajos de Williams sobre la ópera, algunos de ellos inéditos hasta ahora, sobre temas dispares. Son textos francamente fascinantes, que recorren cuestiones bien diversas en torno a la ópera, desde Mozart a Debussy, desde Puccini a Janacek, pasando por la naturaleza de los aficionados a este género y las relaciones entre la musicología y la escenografía. Un libro muy recomendable, en resumen.

* WILLIAMS, B., Sobre la ópera, Madrid, Alianza, 2010



jueves, 20 de mayo de 2010

Crónicas de conciertos: Los Músicos de su Alteza

Los Músicos de Su Alteza interpretaron ayer día 19 de mayo en la Real Capilla de Santa Isabel de Zaragoza un concierto distinto. Como señalan las notas del programa de mano, fue un concierto de pequeña formación camerística (soprano, violín, viola de gamba, órgano y clave) y, como hilo conductor, una colección de arias de Haendel tituladas Neun deutsche Arien. Una colección de arias, de texto contemplativo, religioso y moral, que se compusieron entre los años 1724-27 escritos por Barthold H. Brockes. Fueron alternadas las arias de la soprano Olalla Alemán con piezas instrumentales alemanas de Schenck, Buxtehude y Bach y completadas con una cantata para soprano de Telemann. Fue una velada íntima, donde la musicalidad de Haendel se impuso merced a la exquisita voz de Alemán acompañada y guiada por Luis Antonio Gónzález. La fluidez de su alemán, la expresividad de la música, el propio marco de la iglesia permitieron al numeroso público que asistía al recital, disfrutar de la música barroca. No eran arias artificosas o superficiales. Más bien al contario; íntimas y seductoras.

fdo. johnny guitar

Artículo de opinión en la "Tribuna" de "El Heraldo de Aragón"

En la página 28 de la edición en papel de "El Heraldo de Aragón" de hoy, 20 de mayo de 2010, se ha publicado el siguiente texto de opinión, firmado por el presidente de nuestra Asociación:


El pasado lunes 10 de mayo se publicaron en las páginas de este mismo diario un par de textos que dan cuenta de la situación de la lírica en nuestra ciudad. Firmado uno de ellos por el actual gerente del Teatro Principal, Rafael Campos, y el otro por el crítico musical Juan Carlos Galtier, ambos textos son buena prueba de una suerte de conformismo que explica el estancamiento que lastra la presencia de la ópera, la zarzuela y el lied en nuestra ciudad. Ambos textos, imaginamos que sin maldad, más bien al contrario, con franqueza, venían a decir que ante la falta de espacios donde sea posible presentar “gran ópera”, al modo que se hace en el Teatro Real de Madrid, en el Liceo de Barcelona y en muchas otras provincias de nuestro país, ante esta ausencia, decían, es importante celebrar la presencia de las propuestas líricas esporádicas que salpican la programación del Teatro Principal y del Auditorio de Zaragoza. Desde la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta entendemos que esa postura es conformista y no contribuye a solventar la situación de la lírica en nuestra ciudad. La falta de espacios idóneos no es motivo para conformarse con la insuficiente calidad de buena parte de estas propuestas, frecuentemente marcadas por la precariedad vocal de sus repartos y por la desigual prestación de sus instrumentistas. Loable excepción en este sentido fueron las recientes Bodas de Fígaro que se programaron en el Auditorio con los miembros de la formación musical Al Ayre Español, bajo la batuta de Eduardo López Banzo y con un reparto a la altura de las exigencias. Pero no nos llamemos a equívoco: se programó una única función y con un reparto que había gestionado la ABAO de Bilbao, donde se representaron, en versión escenificada, cuatro funciones de esas mismas Bodas. Esto es: se trató de unas Bodas que nos llegaron “de rebote”. Y es que casos como este demuestran que la lírica en nuestra ciudad no tiene más presencia que la mínima exigible para cubrir el expediente. Y salvo contadísimas excepciones, la calidad de las propuestas es indigna de un público al que se subestima y que llena esas funciones porque no se le ofrece algo mejor, no porque le guste la mediocridad. Ni la voluntad política ni la decisión de los gestores culturales de nuestra ciudad está decidida a que la lírica goce de un protagonismo digno en nuestra ciudad. En lugar de conformarse y celebrar la escasez y la mediocridad, la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta se cree en la obligación de llamar la atención sobre el inmovilismo que promueven estas actitudes. Es hora ya de trabajar en serio, esto es, con recursos económicos y decisión política para que la lírica ocupe un lugar de protagonismo entre las propuestas culturales de nuestra ciudad. Tenemos espacios, aunque no los mejores. Tenemos un público, variopinto y diverso, y podemos salir a buscar más. Lo que no tenemos es inversión económica en la lírica ni apuestas políticas para promover su inclusión en los planes de los gestores culturales de nuestra comunidad. Por desgracia, se perpetúa en el tiempo un símbolo de esta ruina lírica: el Teatro Fleta, al margen de que no fuera quizá el espacio más propicio para la ópera por sus dimensiones. Pero no hay duda de la vergüenza y el sonrojo que a cualquier aficionado a la lírica provoca el estado del Teatro Fleta. Este caso, sumado a la inepta planificación del Palacio de Congresos de la Expo de Zaragoza, sin caja escénica ni foso, nos dan la medida del tipo de desmanes que puede traer consigo la inoperancia cultural de nuestra clase política, empeñada en perder cada nueva oportunidad que se le presenta para devolver a la lírica el lugar que tuvo en nuestra ciudad décadas atrás. Estamos pues a tiempo de que el desastre no se repita una vez más. De las aulas a los teatros, la lírica espera su turno en nuestra comunidad.

Alejandro Martínez Rodríguez

Presidente de la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta

domingo, 16 de mayo de 2010

Novedades discográficas: Juan José, de Pablo Sorozabal

El compositor vasco Pablo Sorozábal (1897-1988) es autor de la ópera Juan José, basado en el texto del aragonés Joaquín Dicenta. Compuesta en 1968 es, además, su última composición, que el mismo la tituló como Drama lírico popular en tres actos. Una obra que iba a ser estrenada en 1979 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, pero que circunstancias que nada tenían que ver con la música -polémicas entre el compositor y los responsables del entonces Ministerio de Cultura- hicieron que se retirara la obra de la programación cuando ya habían comenzado hasta los ensayos.

Felizmente editada este año en cd, una vez que tuvo un doble estreno en versión concierto: San Sebastián y Madrid. En sus principales papeles figuran Manuel Lanza, Ana Mª Sánchez, José Luis Sola y Maite Arruabarrena. Todos ellos dirigidos por José Luis Estellés al frente de la Orquesta Sinfónica de Musikene.


Esta composición de Sorozábal, musicalmente hablando, está más próxima a la música de Adiós a la bohemia que a Katiuska; pero con notas próximas al madrileñismo que tantos éxitos cultivó. Aun así, es una obra seria, austera, no complaciente con el oyente, sin coros pero con números brillantes como el dúo entre Juan José y Rosa (Lanza-Sánchéz) del segundo acto o las coplas de Paco (Sola) que enlaza con la mejor música de Sorozábal, sin olvidar mazurcas, habaneras y chotis. Una orquesta que suena bien, empastada y con unos cantantes solventes. Lanza con voz recuperada y firme de expresividad; Sánchez con algún problema de agudos y Sola y Arrubanerra que cumplen, al igual que el resto de cantantes.

Una grabación, en última instancia, que completa la no muy abundante lírica española.

johnny guitar

miércoles, 12 de mayo de 2010

Crónicas de funciones: Nathalie Stutzmann en el Auditorio de Zaragoza.

La Sociedad Filarmónica de Zaragoza programó el pasado día 1 de Mayo en el Auditorio de Zaragoza el ciclo de canciones "Die Schöne Müllerin" (La Bella Molinera) de Franz Shubert sobre textos del poeta alemán Wilhelm Müller. La encargada de poner voz a este bello conjunto de canciones fue la contralto Natalie Stutzmann, interprete de reconocido prestigio en el campo de la música barroca y del lied. En opinión de este cronista, que acudía con las mejores expectativas al auditorio, fue una gala fría e irregular. Un inicio inseguro, con escasa proyección sonora y peor fraseo hacia presagiar un prolongado sufrimiento para el público. En su primera parte apenas unos apuntes de brillo y oficio que no consiguieron levantar demasiada emoción entre los asistentes. Fallaron los agudos, fallaba el escaso entusiasmo que se observaba en la interprete, que llegó a estropear ya en la segunda parte alguna interpretación como la de Der Jäger (El cazador). En esta segunda parte se vio claramente una mejoría en lo vocal y en lo interpretativo, creando auténtica emoción a este cronista con la pieza Die Liebe Farbe (El color querido), unico momento en toda la noche en el que logró cotas de emoción y de oficio ante el cronista allí presente. Cualquier profesional tiene dias buenos y dias malos, no es esta una justificación ante los socios de la sociedad filarmónica y público en general por el desganado espectáculo visto. Ni en las formas fue correcto, con un desaire ante el desafortunado ujier que fue a entregarle las flores. Esperemos conocer en este sentido tiempos mejores.

martes, 4 de mayo de 2010

Crónicas de funciones: Le Nozze di Figaro en Zaragoza

Tras leer la crónica de lo acontecido en Bilbao, aparecida en nuestro blog, fui anoche, día 3 de mayo, con cierta prevención pensando en que pudiera repetirse cierto desfase entre la orquesta y los solistas. Afortunadamente no fue el caso. Habían ensayado, y música e intérpretes sonaron al unísono, y no tanto por la dirección de López Banzo que, en los dos primeros actos, se dedicó a dirigir a su orquesta, eso sí, cuidando las arias de los solistas, y más atento a éllos en los dos últimos actos. Y la función fue de altura. Una versión semiescenificada porque los cantantes se movieron a gusto por el escenario delante de Al Ayre Español y auque el escenario del Auditorio de Zaragoza no es el mejor escenario para la lírica, desde las primeras filas, donde me ubicaba, sonó deliciosamente. Los bravos fueron dedicados a Tezier, espléndido barítono -para mí el triunfador de la noche-, y Ainhoa Garmendia a la que creo, le aguarda un largo futuro prometedor, al igual que a Maite Beaumont. Las dos conocidas arias que interpretó María Bayo, /Porgi amor/, fue cuidada por Banzo y bien cantada; sin embargo en /Dove sono/ la Condesa fue más justita. Bien el resto de secundarios, en el papel de Bartolo cantó Antonio Abete -correcto de tiembre- en vez de Chausson. El coro no existió y fue reemplazado por los mismos solistas. Además, ésto lucieron sus galas de buenos actores a lo largo de la representación. Como nota negativa, el programa de mano un tanto insulso y el público zaragozano. En el descanso, cuando eran las 22:30 h. fue abandonando la sala quedándonos un poco más de la mitad del aforo. Y eso que era Mozart, no Berg y que la función alcanzó una altura musical considerable. Desde la Salomé interpretada por la Ópera de Viena no había sonado así la lírica en Zaragoza. Ayer fuimos una ciudad de primera.

johnny guitar