jueves, 19 de mayo de 2011

Crónicas de funciones: recital Eugenia Enguita, Teatro Principal Zaragoza, 18/05/11

Ayer, miércoles 18 de mayo, tuvo lugar el primer recital de la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta, a cargo de Eugenia Enguita, soprano, y Jorge Robaina, con un programa dedicado a Mozart, Debussy, Strauss, Händel y Rossini.

Desde el principo la voz corrió fácil, sonó tersa y homogénea, ha ganado cuerpo y entidad en el registro central, y por el momento sin perder lucidez y desahogo en el registro sobreagudo. La voz de Enguita es ahora la de una lírica con sobreagudos y no tanto la de una lírica ligera al uso. Es momento ahora, dada la evolución de su instrumento, de incorporar roles mozartianos más líricos y papeles titulares de belcanto.

La primera parte, con canciones de Mozart, Debussy y Strauss, fue a un tiempo ocasión para el calentamiento vocal y momento de lucimiento para un canto recogido, atento al texto, delicado y poético. La versatilidad de Enguita se pudo comprobar al resolver con idéntica destreza los ensoñadores temas de Debussy y las encendidas páginas de Strauss. Todo un acierto la elección de estas piezas para componer una primera parte llena de pequeños detalles y complicidades.

La segunda parte nos trajó ya un canto spianato alternado con una partitura de coloratura, ya fuera en Händel (Alcina), Mozart (Mitridate) o en Rossini (Il viaggio a Reims). Fue aquí donde Enguita desplegó su virtuosismo con la coloratura (deslumbrante en las páginas de Mitridate) y donde terminó por cautivar a un público entregado, que disfrutó sobremanera del hemoso programa y del estado vocal de Enguita. Una leve fatiga vocal se acusó en la resolución de las notas más graves de la página rossiniana, pero fue un desgaste anecdótico. La soprano se despidió con un bis, una canción de García-Abril estrenada por ella misma hace algunos años.

En resumen: una delicia de recital, tanto por el programa como, sobre todo, por la homogénea, intensa y cuidada resolución técnica y musical de Eugenia Enguita. La voz se encuentra en un momento envidiable. Ojalá encuentre los papeles y los teatros que se merece.

El acompañamiento de Jorge Robaina fue un lujo. Es Robaina un pianista con largo recorrido y evidente experiencia, y mimó de cerca a Enguita, sin forzar los tiempos, favoreciendo los detalles, las dinámicas. Un acompañamiento de excepción, en suma. Ojalá Robaina vuelva por nuestra ciudad para disfrutar también de su valía en el repertorio para piano solista y junto a orquesta sinfónica.



La Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta ha dado así su primer paso programando música. Tras mucho esfuerzo, con contratiempos abundantes, pero con ilusión y con convencimiento, ha sido esta la primera piedra de un proyecto que tiene futuro. Queda ahora pendiente la tarea de atraer a más espectadores, seducir a más instituciones públicas y privadas, obtener el apoyo de los medios de comunicación locales, y con ello, antes o después, podremos pensar en un hueco cultural para la ópera en nuestra ciudad.

Esto es sólo el comienzo, pero ha sido un gran comienzo.

fdo. Spinoza


Aquí puede escucharse el recital, grabado desde el interior del teatro y, por tanto, con un sonido mejorable:




1 comentario :

johnny guitar dijo...

La lírica volvió anoche al Teatro Principal de Zaragoza. Hacía tiempo que el viejo teatro no acogía una velada intensa e íntima. El público disfrutó del canto de Enguita y de la exquisited de Robaina.
La magia del canto nos envolvió con Mozart y, especialmente, con Debussy y Strauss. Pero las cotas más altas fueron en las arias operísticas, destacando la soprano zaragozana en el rol de Aspasia, de Mitridate. Lírica y belleza de canto se fundieron en un emocionante recital