lunes, 21 de noviembre de 2011

Crónicas de funciones: Roméo et Juliette (AGAO, 19/11/11)


Siguiente título en la temporada de la ABAO y turno ahora para Romeo y Julieta de Gounod.


A pesar del quizá excesivo minutaje de la obra, hubo unas cuantas cosas relevantes: lo mejor vino de la mano de Caballé-Domenech y la Sinfónica de Navarra. Esta orquesta es la mejor de las que suelen pasearse por el Euskalduna. Y la batuta fue de muy alto nivel: había técnica, había gesto, había intenciones, había criterio y había resultados, porque todo lo que intentó le salió. Bravo, bravo.


Vamos con los cantantes.

Ciofi: Es muy complicado valorar a una cantante TAN inteligente pero con un instrumento tan pobre en origen y además hoy tan mermado. De algún modo fue un leve error de cast. Ciofi sigue teniendo medios para dar lecciones como ligera, pero como lírica pura es evidente que naufraga, sin graves y sin un centro carnoso y cómodo para recrearse. Las páginas de ligera pura que tiene el rol fueron de impresion, y a todo lo demás le puso muchas ganas, mucho criterio y mucho teatro del bueno, pero la voz tiene las limitaciones que tiene. Así pues, gran cantante, artistaza, pero limitada o irregular como Juliette.



Bros no llegó a estar tan cómodo en el rol de Romeo como lo encontré este mismo año en la Bolena o en el Werther. La sensación de primera lectura fue constante durante toda la funcion. Y quizá no podía ser de otro modo porque debutaba el rol, pero le falto despegar del todo, sentirse menos tirante arriba, recrearse, etc. No obstante, sigue cantando con un gusto exquisito, con un timbre cada vez menos nasal y con más centro, en un francés casi impecable. En suma, notable noche la suya, un debut convincente, pero le he visto en mejor forma este mismo año.


Secundarios resultones tirando a flojos. Pero nadie estorbó en demasía.

Y la puesta en escena de Arnaud Bernard (que acertó de pleno con su pasado Falstaff) me pareció muy floja. Muy pobre dirección de escena, sobre todo pésima en los movimientos corales, ruidosísimos. Y la escenografía tan blanca y tan básica... Lo mismo hubiera valido para una Gioconda que para este Romeo que para dos o tres títulos más. La omnipresencia de un blanco sin significado ni contribución escénica me dejo un mejorable sabor de boca.

Resumen, pues, notable noche de ópera, con destellos de gran trabajo y momentos mucho más flojos, ni mejor ni peor que el Boccanegra que abrió la temporada.

fdo. Alejandro Martínez

1 comentario :

Ariodante dijo...

Este Romeo me pareció vulgar y pretencioso, con una producción acartonada que se pretendía originalísima y el patinazo de cast de Ciofi, que ya está para muy poco, aunque mejor que en el Elisir de Oviedo de la pasada temporada. Bros sonó horriblemente nasal, y sobre los secundarios es mejor correr un tupido velo. Hacía mucho que no veía este título y por eso me acerqué a Bilbao, pero lo cierto es que el resultado no justificó el gasto (no el mío, el de la ABAO).