sábado, 11 de agosto de 2012

Crónicas de funciones: Aida (Liceo, 30/07/12)





Si algún título lírico goza de buena salud, desde su estreno en 1871 hasta la actualidad, es sin duda alguna la Aida de Giuseppe Verdi. Un éxito indiscutible, merced a una partitura excelsa y una dramaturgia basada en los amores de dos mujeres, Aida –princesa esclava etíope- y Amneris- hija del faraón- por un hombre, el general victorioso Radamés, todo ello enmarcado en el Egipto de los faraones. Un título que, con el “Ritorna vincitor” o la celebérrima marcha triunfal pervive en la memoria colectiva como “la donna e mobile” de Rigoletto o la waneriana “cabalgata de las valquirias”. Música y drama que se combinan a la perfección.

La Aida representada en la última función de la temporada liceista del 2011-2012, coincidió también con la última función en las tablas del Liceo, de Joan Pons en el papel de Amonasro. Al finalizar el tercer acto, fue aclamado largamente por un público que llenaba el teatro y aplaudió puesto en pie, con lluvia de papelitos de colores incluida. Emotiva despedida después de habernos dado lo mejor de su canto, con su voz y su presencia poderosas, en el acto que tiene la noche del Nilo como protagonista.

Estuvo acompañado por  Sondra Radvanosvsky (Aida), Marcelllo Giordani (Radamés), Ildiko Komlosi (Amneris, que sustituía a Luciana D´Intino) y Stefano Palatchi (El Rey). Acompañados por la Orquesta Sinfónicadel Gran Teatro del Liceo, el Coro del mismo nombre, mermado parcialmente por una huelga de parte de los cantantes, pero completado por la Polifónica de Puig-Reig. Todos ellos dirigidos por el italiano Renato Palumbo quien condujo correctamente la ópera verdiana.


La clásica escenografía de Josep Mestres Cabanes, restaurada por Castells, la iluminación de Faura y el vestuario de Squarciapino protagonizaron una noche que nos llevó al Egipto de Ramsés III.

Destacó la espectacular voz de Radvanosysky. Cálida, sensual, dominando los registros de su papel, y aunque su acento no sea el mejor de los italianos, fue largamente aplaudida en el “O patria mia”. Giordani destacó en las notas altas, con un canto irregular y problemas en el segundo acto. Amneris destacó sobre todo en el último acto, pero su Anmneris se difuminó ante una potente Aida. Correcto sin más Palatchi. Destacaron, por bien servidos, los papeles del mensajero y la sacerdotisa en las voces de Fadó y Copons.


Todos ellos fueron acompañados por una orquesta que sonó potente y verdiana y que dibujó, junto con los cantantes, una refinada música para las ciudades de Menfis y Tebas.

fdo. Sergio Castillo

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