lunes, 23 de septiembre de 2013

Il était temps

Hace apenas un par de días llegaba a nosotros un material sonoro francamente interesante: una grabación con fragmentos de una representación de Il Trovatore de 1973 en el Teatro Principal de Zaragoza, con la gran Montserrat Caballé y su esposo, el tenor aragonés Bernabé Martí. Podéis escucharlo aquí:


Es un ejemplo paradigmático del esplendor lírico que puntualmente vivió Zaragoza a lo largo del siglo XX. Un esplendor con matices, todo hay que decirlo, ya que ni la escena ni el foso eran singularmente reseñables en estas representaciones, pero qué duda cabe del primer nivel vocal que pisó las tablas del Principal allá por los años sesenta y setenta: Martí, Caballé, Kraus, Aragall, Domingo, Carreras, Pons... Ese pasado de nostálgica memoria merece una reflexión al hilo del proyecto que nuestra asociación tiene hoy entre manos.

En no pocas ocasiones se ha levantado una exagerada polvareda cuando nos hemos manifestado contrarios a las representaciones operísticas que se dan en nuestra ciudad, bien fueran las promovidas por el Auditorio de Zaragoza, bien fuera el caso de las que visitan el Principal de la mano de compañías itinerantes de bajo coste. En el primer caso no nos encaja el uso de una infraestructura sin foso ni caja para representaciones operísticas, amen de que la Sala Mozart, de espléndido sonido para el repertorio sinfónico, es un espacio muy poco agradecido para las voces, que se dispersan, pierden proyección e incluso hacen eco aquí y allá, como ha podido comprobarse, un año más, en el Concurso de Canto de M. Caballé. En el caso del Teatro Principal, creemos que ese tipo de compañías itinerantes cubren desde luego un hueco y se consolidan como la única opción ante la nada, al menos hasta que podamos ofrecer una alternativa sostenible a sus propuestas. Pero a todas luces ofrecen un espectáculo generalmente muy mejorable en lo musical como en lo escénico, por más que puntualmente alguna voz española de interés recale en sus giras. Zaragoza se merece algo mejor; ese el único mensaje que reiteramos, le pese a quien le pese.

Más concretamente, lo que defendemos, y por lo que trabajamos, es la necesidad de dotar de contenido lírico al Teatro Principal de Zaragoza, donde tanta ópera y tanta zarzuela de calidad se escenificó durante el siglo XX. Es el único espacio con una acústica ideal para las voces en la ciudad. Ni su caja ni su foso son todo lo amplios que quisiéramos, pero dan mucho más juego de lo que muchos suponen. En el Principal no podremos representar Tannhäuser salvo que encontremos una fórmula originalísima para hacerlo, pero sí nos cabe en sus tablas un enorme repertorio desde Monteverdi a Britten, pasando por todo el barroco, todo el belcanto, multitud de obras de Verdi y un sinfín de títulos de ópera contemporánea. Simplemente se trata de ajustar las propuestas al espacio y a sus posibilidades, sin que por el camino debamos renunciar a un ápice de exigencia por cuanto hace a la calidad de las representaciones.


Teatro Principal de Zaragoza. Fuente: www.teatroprincipalzaragoza.com

Esa es la única infraestructura donde cabe escenificar ópera en Zaragoza con garantías de calidad. De nada sirve ya lamentarse por el funesto y patético destino del Teatro Fleta, que seguramente nunca hubiera sido una infraestructura de dimensiones suficientes como para constituirse en el ansiado teatro de ópera que nunca tuvo la ciudad. De nada sirve lamentarse, pues, aunque ello no quita para que algún día alguien explique a quién interesó edificar el Palacio de Congresos de la Expo como una nueva sala para congresos, sin foso y sin apenas funcionalidad escénica, habida cuenta de las condiciones de su caja. Se cometió con ello el enésimo error de planificación en materia de infraestructuras escénicas en la ciudad, responsabilidad compartida de Gobierno de Aragón y Ayuntamiento de Zaragoza.

Con demasiada frecuencia se confunden en esta ciudad la política de festejos con la política cultural y se apuesta (y se gasta) demasiado dinero en ideas que apenas son flor de un día prescindiendo de proyectos a largo plazo. Mientras tanto nos faltan tantas cosas... Entre ellas una orquesta sinfónica de la comunidad, que tanto bien haría. Pero seamos realistas y no caigamos en el lamento: es lo que hay; y no podemos cambiar de repente lo que lleva décadas anquilosado. Cabe afanarse, al menos, en hacer lo posible para que unos y otros no estorben ni torpedeen nuestros esfuerzos, que no es poco.

Sea como fuere, lo cierto es que a la vuelta de la esquina tenemos ya nuestra primera producción propia de un título operístico escenificado, con Der Kaiser von Atlantis de Viktor Ullmann. Es sin duda un gran reto, que asumimos con idénticas cotas de ilusión, valentía y responsabilidad. Y un reto que no sería posible sin la generosidad de mucha gente ilusionada con el proyecto y consciente de su importancia, muy al contrario de las instituciones públicas (Ayuntamiento, Gobierno de Aragón) y privadas (bancos, tejido empresarial, etc) que han optado por ignorarlo. Además en el futuro se dibujan ya más proyectos. Si todo va bien, Der Kaiser von Atlantis será sólo la primera pieza en una trayectoria a medio y largo plazo con la que queremos consolidar una programación lírica estable y de calidad en Zaragoza. Poco a poco, con prudencia pero con paso firme. Ese es el motivo principal por el que constituimos esta asociación y sigue siendo el motivo que nos anima cuatro años después.

Como decimos a menudo: seguimos trabajando por el futuro de la ópera y la zarzuela en Aragón, especialmente en Zaragoza, y estamos decididos a cambiarlo más pronto que tarde. Escuchando ese Trovatore del 73 uno podría caer en una peligrosa y narcotizante nostalgia, pensando que nunca los grandes nombres de la lírica volverán a pisar el Principal como lo hicieron antaño. No nos durmamos en nostalgias. Trabajemos por cambiar la realidad sacando partido a sus limitaciones. Nadie lo va a hacer por nosotros.

Alejandro Martínez
Presidente de la Asociación Aragonesa de la Ópera

1 comentario :

Ana Alcolea dijo...

Completamente de acuerdo con tus palabras. Esperamos que poco a poco, Zaragoza tenga un espacio en el mundo de la lírica. En Aragón han nacido grandes voces: Fleta, Lorengar, Chausson, Martí..., y la gran Elvira de Hidalgo, de la que poca gente sabe que fue la maestra en Italia de Maria Callas.